El césped se veía más verde que el suyo, las flores eran más hermosas. Y el coche, ay el coche, justo el “Porsche” que él siempre ha soñado tener, pero nunca tendrá. Ahí sale, qué estilo, qué armonía de movimientos. Seguro que va a buscar a Valentina. Pero no la encontrará. Valentina está con él, aunque no tenga un césped tan verde, ni un jardín rebosante de flores ni un “Porsche”. Él es él, y Valentina lo sabe.
Beatriz Giovanna Ramírez
Beatriz Giovanna Ramírez
Valentina es una mujer sabia. El relato es una maravilla.
ResponderEliminarAbrazos.
Antonio.
Nosé, Valentina, mira que si luego él —ese qu3 es él— se fuga con otra, un suponer, la amiga de ella, y encima le vacía la cuenta corriente a la muy infeliz. Estas cosas, querida, suelen pasar y por si las moscas, más vale, Valentina mía, que ella jugara finamente a dos barajas, y si puede, a tres.
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