Pincelada rosa, entre vistas

jueves, 22 de octubre de 2009

Ensueño

El sueño de una musa. Carmen Mantilla, pintora española


Yo que he soñado muerta, ahora sueño, entre jardines humedecidos por el rocío, tengo puesta una sonrisa de sol y unas manos de viento.
Bailo con los ojos que me miran con tanto amor, bailo con su sonrisa de ave en vuelo.
He dibujado las líneas de su cuerpo en cada parpadeo alucinante.
Hombre de la eterna elevación, de mirada de fuego, de palabras con eco. No dejes la tensión que me apunta.
Como en un juego travieso hay dos que no se pierden de vista.
La tarde es muy propicia para hacernos de amar, para trazar en los dedos las vías del sol eterno.
Muchos rostros nos vigilan pretenciosos y quizás ninguno con ojos de hombre.
Tus palabras me transportan por un viaje de letras que me acercan a la claridad confusa de escenarios construidos con otros besos y otros cuerpos, que me hacen olvidar los nombres que nos habitan y que nos nombran con otras letras más profundas.
Sin besarte te beso, sin acercarnos estamos fundidos.
El aire suaviza tu mirada de naufrago, sutiliza tus cabellos de guerrero.
Mil espadas llevas en el cinto, quizás ninguna envainaras en mi nombre.
La memoria nos traiciona latigando nuestros sueños. La presencia de un intruso, nos roba la posibilidad de besarnos largamente debajo de la luna.
Los pretextos no existen para esto que siento, no hay texto y pretexto y contexto que me defina.
Yo sin ti no quiero nada. Sin ti prefiero la muerte.


Beatriz Giovanna Ramírez