Pincelada rosa, entre vistas

miércoles, 22 de julio de 2009

Guerrero


Vete y llora
cuando puedas.
Sonríe y grita
en los sentidos.
El abismo te llama,
tú te acercas.
Corre entre
el bosque
de tus cenizas.
Persigue el león
que devora
tus sueños
Guerrero sin espada
y dueño
que trata de ocultar el sol...
¿Acaso es su desolación?...
Me disfracé de homicida...
Caminé por la sombra
de tus pasos.
Me olvidé de los lamentos.
No mires mucho el sol.
No te acerques a la luna.
No mires mis ojos
que deambulo perdida
entre mis sombras.
Me miré al espejo,
vi una cara dura,
sin embargo,
sus ojos no eran los míos
su fortaleza era insegura
Caminé entre el bosque
de máquinas andantes
en compañía
de un guerrero de pasos torpes.
Mis maletas
estaban listas
para emprender vuelo
Mis nubes
llenas de sueños
para cobijarme.
Busqué
casi sin esfuerzos
trastornarme y fundirme.
Me encontré sola
frente a mi espejo.
Vi nuevamente
mi rostro
con la luz que me acompaña.
Me embriagué y sonreí.
Me ahogué,
con tu lengua de rosa.
Me peiné,
con tus manos de papel.
Jugué con las cabezas rodantes
que habitaban en el cuadro de Pizarnik.
Me envolví
con el manto de tinta
que trae esta noche
jazmín y terciopelo.
¡Ya no te veo en mi espejo!
¡Adiós guerrero!
Se ha acabado esta lucha farsante
sólo duró una sospecha
de caudales miserables

Beatriz Giovanna Ramírez