Pincelada rosa, entre vistas

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Palidece la rosa



En la hondura de mis poros,
duermen los hilos de una nube
que dejó de ser aire por la furia de un rayo.
En la profundidad de mi materia,
deja el agua de ser piel,
queda la miel agotada de tanto escuchar los cantos de la luna,
no hay color gris y opaco en su reflejo,
sólo hay ritmos que aceleran el tiempo.
Metal, frío y oscuridad.
Palidece la rosa, palidece su imagen en el arroyo del bosque,
deja su calidez para ser témpano. 
Deja su sol para ser luna.
Vuela el pájaro uniforme con el ala más torpe,
deja la boca que ignora, deja su voz que aplasta. 
A la orilla de mi río, pronuncio tu nombre oculto.
Grito, pero nadie me responde.
Pálido pájaro de voz hueca.
Pálido, mueves mi piso sin lamentos.  


Beatriz Giovanna Ramírez