Al niño bonito le apetecía tener una muñeca y le regalaron una, con la que jugó horas y horas. Le rompió las piernas, las manos y luego la arrojó a la basura. Entre cortezas y peladuras, la muñeca llora con el corazón desgarrado de dolor.
Beatriz Giovanna Ramírez
El niño tímido, delgadito, poca cosa... tenia que hacer la Comunión... por fin él iba a ser el protagonista de algo, hasta ahora habia sido casi un estobo, un ser que nacio por que así debia de acontecer en el tiempo de sus padres. Sólo iba a tener un regalo que le importara, que deseaba con todas sus fuerzas un balón, pero mira por donde, el amigo lejano de su padre se confundio y en vez de niño, entendio que hacia la comunion una niña, y le trajo una muñeca, preciosa, bonita... despues de las disculpas, se la quedaron sus hermanas... y él volvio a resguardase en sus interior, a volver a no ser nadie, y se entretuvo buscando entre la basura algún tesoro, que le colmase su necesidad de tener algo...
ResponderEliminarGracias, José Maria, enternece la historia. Te mando un beso.
ResponderEliminarLas muñecas siempre lloran, porque siempre acaban en la basura. Está padrísimo Beatriz, recibe un abrazo
ResponderEliminarIlya Red
Ilya, gracias por tu abrazo y tus lecturas. Un honor tener lectoras como tú. Besos.
ResponderEliminarHermoso Beatriz,gracias por compartirlo. un gran abrazo.
ResponderEliminarLucia Alvarez
Un gran abrazo, querida Lucia.
ResponderEliminarQuiero me regalen una... Un beso.Demian
ResponderEliminarSeguro que si eres bueno te regala una... la vida. Un beso.
ResponderEliminarUff!!! Poca tinta e infinidad de sensaciones!!!! Grande Beatriz! gracias!
ResponderEliminarAna María Arroyo
Gracias por tus grandiosas palabras, Ana. De corazón.
ResponderEliminarTu microrrelato me parece magistral, siempre abierto a muchas interpretaciones; pero certero como una flecha.
ResponderEliminarLa idea de que un niño juegue con muñecas parece alterar los cánones impuestos por el sexismo. sin embargo el sistema ha manchado la inocencia del niño y la tiñe de connotaciones negativas.
Un abrazo.
Gracias, Antonio, por tu interpretación. El microrrelato busca transmitir e interiorizar los códigos de género, como reglas sociales que ordenan el universo de las personas y de los grupos sociales. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQué hermosa metáfora, es un verdadero homenaje a las muñecas, bravo, besos!!!!
ResponderEliminarDora Beatriz Wajner
Las metáforas son un recurso literario para acercarnos a verdades. Un beso, querida Dora Beatriz.
ResponderEliminarEse tema lo tengo muy a flor de piel por temas de trabajo y por la lectura de Larsson. Cada mujer golpeada se me antoja una delicada muñeca y cada uno de tus niños bonitos un impune cobarde (a ese niño bonito alguien tendría que romperle la cara) Gracias Beatriz, si me permites lo pondré en la introducción de un trabajo que estoy haciendo. Saludos.
ResponderEliminarMarushka Barrera
Marushka, honor que me haces. Muchas gracias. Un beso
ResponderEliminarBonnie Bardowski pensaba en usted cuando llego esta delicia ...gracias
ResponderEliminarGracias a ti, Bonnie. Un besito.
ResponderEliminarGracias Beatriz !! Leyendo tu microrelato, me inspiró contar esta pequeña historia autobiografica, y no sé por qué, cosas del subconsciente será!! Un beso.
ResponderEliminarEsos llamados hay que atenderlos. Hay textos que piden a gritos estar escritos. Un abrazo afectuoso, José Maria.
ResponderEliminarDemasiadas muñecas rotas a manos de niños bonitos.
ResponderEliminarGracias por tu regalo, una vez más.
Feliz domingo
Jose Manuel Contreras
Jose Manuel, demasiadas muñecas rotas con sus sueños rotos. Gracias por leer.
ResponderEliminarFeliz domingo.
Un síntesis escalofriante... pero ya hay muñecas que se van cansando de los niños bonitos, no se dejan vender ni alquilar, se defienden con puños y dientes, no se sientan a llorar, corren enloquecidas detrás de los niños bonitos para arrojarlos al vacío, sin miedo...
ResponderEliminarGracias por estas líneas conmovedoras Beatriz, y bello domingo.
Vivi Cecilia Atencio Arrojas
Vivi, es cierto, aunque hay muñecas que no conocen sus derechos y no pueden correr...
ResponderEliminarGracias, por tu comentario. Feliz domingo, querida amiga.
Fantástico y veraz relato, para reflexionar y mucho sobre este mundo lleno de muñecas rotas. Gracias, Beatriz; un abrazo
ResponderEliminarAna Prado Antunez
En esos procesos de inconsciencia e irracionalidad... se gestan los violentos. http://dialtri.blogspot.com
ResponderEliminarDionisio Alvarez
Ana, gracias por leerme y por tu estimulo. Un beso.
ResponderEliminarDiniosio, así es... "La violencia es el miedo a los ideales de los demás". Mahatma Gandhi
ResponderEliminarGracias por compartir tu blog; "El sombrero" me gustó mucho. Un beso.
Lía González García Tdo este subsuelo del mundo acabapor ir él solito a meterse en la más vli inmundicia. El problema está en que, mientras que se mete y no, siguen rompiendo muñecas, y por cada muñeca que un niño bonito rompe, se rompe toda una vida, un pensamiento libre y un hacer en armonía.
ResponderEliminarDecía mi padre, Bea: "Esto es más antiguo que el mundo, para cuando el mundo existió, ya existía la maldad. Y a medida que el mundo avanzó, la maldad la envidia y el poder de los niños bonitos se multiplicó".
Y dice la gente que mi padre era un sabio. Solo que nunca figurará en los libros.
Un besito.
Tu padre era sabio, la sabiduría vital está en la vida no en los libros. Gracias por leerme con tanto entusiasmo, querida Lia.
ResponderEliminarNorma Nicolau sin palabras...
ResponderEliminarEl silencio también comunica. Un beso, Norma.
ResponderEliminarQue desgarro desde la primer letra, desde la belleza también se cuenta el dolor.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Un abrazo grande.
Silencio Ausencia
La belleza, como el dolor, hace sufrir. Thomas Mann. Un abrazo, Silencio.
ResponderEliminarBeatriz michas gracias por compartir esta prosa que deja una reflexión profunda al alma, felicitaciones por ese mundo mágico que llevas querida amiga. un abrazo enrome.
ResponderEliminarPilar Lucero Ramirez
Pilar, un gusto compartir contigo mis textos, si a partir de ellos se puede reflexionar es un logro. Gracias por entrar y hacer parte de este mundo mágico. Un abrazo.
ResponderEliminarA los niños bonitos y caprichosos les gusta jugar con muñecas y cuando se cansan las arrojan a la basura o las entierran... pero nosotras que no somos muñecas dejaremos las casas de juguetes y tendremos valor para hacerlos porque nos tenemos las unas a las otras.
ResponderEliminarGracias Bea por ponerle al verso ansia de liberación para que no queden más cadáveres en un caja de cartón.
Un beso que tengas una buena semana.
Paloma Blázquez Crespo
Paloma, nos tenemos las unas a las otras, saldremos de las casas de muñecas liberadas. Gracias por escribir, tu comentario está cargado de energía y vida. Un beso y feliz semana.
ResponderEliminarMUÑECAS
ResponderEliminarUn coro de muñecas,
cartón amable para unos labios míos,
cartón de luna o tierra acariciada,
muñecas como liras
a un viento acero que no, apenas si las toca.
Muchachas con un pecho
donde élitros de bronce,
diente fortuito o sed bajo lo oscuro,
muerde, escarabajo fino,
lentitud goteada por una piel sedeña.
Un coro de muñecas
cantando con los codos,
midiendo dulcemente los extremos,
sentado sobre un niño;
boca, humedad lasciva, casi pólvora,
carne rota en pedazos como herrumbre.
Boca, boca de fango,
amor, flor detenida, viva, abierta,
boca, boca, nenúfar,
sangre amarilla o casta por los aires.
Muchachas, delantales,
carne, madera o liquen,
musgo frío del vientre sosegado
respirando ese beso ambiguo o verde.
Mar, mar dolorido o cárdeno,
flanco de virgen, duda inanimada.
Gigantes de placer que sin cabeza
soles radiantes sienten sobre el hombro.
Vicente Aleixandre
Exquisito poema de Vicente Aleixandre, gracias Flavio. Una muestra literaria excepcional y sentida, unos versos confeccionados para muñecas rotas. Un beso.
ResponderEliminarNiños y niñas bonitas que realizan su pulsión de muerte de ese preciso modo con personas que creen sus objetos... es tan real !!!!!!!!
ResponderEliminarAbrazzzzzzoooooooo
Rory El Bermejo Art
Jean de la Fontaine dijo: La imaginación tiene sobre nosotros mucho más imperio que la realidad.
ResponderEliminarCreo que la realidad es más vertiginosa que la ficción. La pulsión de muerte, Rory, me gusta esta frase que usas, que realizan hombres y mujeres sólo nos lleva a la muerte misma, a la violencia sin borde.
Un abrazooo, Rory.
Tarde un momento pensado como comenzar a escribir respecto a tu micro cuento porque iba a decir: "Wow! Qué analogía tan potente del machismo", pero después sentí el dolor de ella, quien en realidad es el personaje con el que me quedo de tu relato. Excelente Beatriz, cada vez dominas más y más la las palabras para hacerlas tuyas y hacer esta colección de micro relatos magnífica. Soy tu fan!
ResponderEliminarLo compartí en mi muro, espero no te moleste.
ResponderEliminarSaludos.
Miguel Velasco Lazcano
Miguel, siempre es una alegría leer tus comentarios; te lo digo con humildad, son de gran estimulo, siento que vale la pena seguir escribiendo. De corazón gracias por tus estimulantes y sinceras palabras.
ResponderEliminarMis textos son tuyos, que los compartas son para mi el mejor regalo. Muchas gracias. Besos.
Gracias Bea, por esa sensibilidad tuya tan capaz de captar lo hermoso, de una metáfora que fluye desde el natural encanto que late en nuestro interno mundo. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarhttp://dialtri.blogspot.com
Dionisio Alvarez
Gracias a ti, Dionisio, la mejor metáfora se encuentra precisamente escondida en el hilo fino de nuestro universo interno. Un abrazo con cariño.
ResponderEliminar"He sido una muñeca grande en esta casa, como fui una muñeca pequeña en casa de papá. Y a su vez los niños han sido mis muñecos. Me divertía que jugaran conmigo, y a ellos les divertía verme jugar con ellos. Esto es lo que ha sido nuestro matrimonio..." “Casa de Muñecas”, Ibsen.
ResponderEliminarGraciela Oses
Graciela, muñeca bella. Un abrazo.
ResponderEliminarNo termino de entender, si me duele más la muñeca, porque soy yo, o el niño, por la ira que debe de tener para romperla.
ResponderEliminarElena Alvarez de Castro
Duelen la pierna y el hueso. Un besito, Helena.
ResponderEliminar“ Despecho“, una herida en el corazón.
ResponderEliminarQuizás la muñeca debió expresar.
Quizás el niño bonito la rompió sin intención. “Un beso“.
Rafael Garcia Fontalba
Rafael, qué alegría encontrar tu comentario, te he echado de menos, gracias por leer y comentar.
ResponderEliminarRafael, es cierto los niños rompen cosas sin intención. :-(
Un abrazo afectuoso.
Real, doloroso y tan común....ser usados, y abandonados, jugando a ser niños bonitos!!! siendo seres mesquinos y solitarios con el cerebro y el corazon vacios......
ResponderEliminarMe encanto leerte.......gracias por compartir
Alexa López
Un gusto compartir, Alexa, gracias por leer.Un beso.
ResponderEliminarComparto tu alegría y me siento alagado. Como siempre gracias Beatriz.
ResponderEliminarRafael Garcia Fontalba
me gustacomo escribes y te sigo en silencio desde Facebook, hasta hoy
ResponderEliminarUn abrazo desde este lado del mar
Francisco, muchas gracias por leerme, por este nuevo comentario que me llena de ilusión. Los comentarios, para una escritora novel como yo, son el mejor estimulo para seguir. De corazón.
ResponderEliminarHola Beatriz.
ResponderEliminarHas dicho mucho en muy poco. Y es que es así. Esa violencia que se genera sin tener por qué existir ni tener razón de ser, deja a muchas víctimas rotas como esa muñeca en manos de ese niño que exterioriza lo que parte de su vida representa y que le quedará grabado para siempre...
Te felicito por tu reflexión.
Un abrazo.
Muy buen micro, la metáfora es tremenda... Un fuerte abrazo.
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