Pincelada rosa, entre vistas

miércoles, 3 de febrero de 2010

Mi almohada


Duermo conmigo y abrazo mi almohada. Me estoy recordando. Me estoy diciendo que ya no te amo. Te amé un día en junio cuando me llevaste  a bailar tango, cuando me regalabas libros y flores. Te amé cuando me besabas con pasión, cuando llegaste a mi vida vacía y la llenabas con palabras nuevas. Te amé con diccionario en brazo. Con asombro y dicha. Te amé cuando  me besabas y me besabas tanto que hasta sin tener tu boca cerca la sentía. Te amé desenfrenadamente cuando bajaste y me llenaste de orgasmos. Te amé cuando negabas tu vida y afirmabas la mía. Te amé porque te amaba tanto que hasta yo misma lo sentía. Ya no te amo, te quiero, te asumo, podría seguir viviendo cada noche a tu lado abrazando mi almohada como siempre. Respirando tu ausencia. Me estoy acordando ahora de mi sueño de escribir y escribir. Te veo en la otra orilla, lejos de mi. Me siento sola, muy sola, aunque sé que aunque te lo he gritado y te molesta ya ni siquiera quiero volver a decirlo. Abrazo más fuerte mi almohada y lloro. Lloro como lloran los que lloran, con lágrimas. Sigues dormido lejos y yo solitaria llorando de desamor.


Beatriz Giovanna Ramírez