Pincelada rosa, entre vistas

viernes, 19 de febrero de 2010

Habitaciones 212 y 213.

Cuando terminó de acariciarla, el amigo, salió a la habitación contigua, volvió a ser el mismo de antes. Sus caricias ya no le pertenecían; habían transmigrado al corazón y la piel de ella.

Beatriz Giovanna Ramírez