Pincelada rosa, entre vistas

lunes, 28 de septiembre de 2009

Los gusanos

La mariposa recordará por siempre que fue gusanoMario Benedetti
Mantos de tiempo teñidos con sombras.
Imágenes en el espejo cada vez más opacas.
Sueños con telarañas.
Recuerdos sin formas…
Espacios vacíos que cubren mi infinito.
El miedo me ha transformado.
Ya no soy materia.
Ya no soy sombra.

Los gusanos de tu vientre recorren mis ojos,
mi boca ya no habla de tu boca,
mis manos acarician la entraña del orificio etéreo.
Lápiz sin punta, pincel sin color.
Túneles de sonidos.
Migajas de cielo.
Toneladas de viento.
Los  gusanos han trastornado mis sentidos.

Hace frío,
sopla el viento.
¿Seda? 
¡Seda!
A mí alrededor seda,
olor a seda,
piel de seda.
Materia, imagen, reflejo,
manos frágiles de seda.

¡No puedo verte!
¡No logro escucharte!
Los gusanos me han enceguecido.
Pinto, rayo, subrayo,
en mi seda verde con senos de agua;
en el manto de la sombra del tiempo,
en la seda que cubre mi entorno.

Me sutilizo, me asfixio,
me apodero del aire,
me congelo.
¿Qué ha de ser de los gusanos que trabajan en mis órbitas?
El tiempo se acorta,
ellos lo presienten…
pero se ríen.

Busco la salida del túnel, agudizo mi oído.
Manos frías, caras tristes.
Corro, no hay alternativa,
se va el sonido con los pasos.
¿Qué pasará con mis gusanos de seda?
Ya mis ojos no son los mismos,
no todo lo veo a la ligera.

Beatriz Giovanna Ramírez