Yo
fui creciendo 
con
el viento y su runrún.
Tengo
las manos tensas, 
cerradas,
ausentes.
En
el aire floté 
muchas
veces cada día,
salté
por las nubes 
buscando
una caricia.
Padre
mío, la tierra 
besó
mis plantas 
y
las llenó con raíces.
Mis
ojos se comieron
los
besos de un brazo fuerte. 
Padre,
la flor nacida
crece ante la luz lejana.
Beatriz Giovanna Ramírez

Hola Betariz, saludos.
ResponderEliminarUn placer visitar tu hermosa casa.
Maravilloso poema y dulzura en tus imagenes.
Un fuerte abrazo y Dios te bendiga.
Llegué distraído y deje que mi mirada se metiera en tu ventana. Aquí me quedé enredado en tus letras encadenadas, en tus legitimas añoranzas que envuelves en sentimientos limpios con claras expresiones. Eres muy buena, me gustas
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