Viajaba por el corazón de la cordillera, cuando un grupo de hombres armados la secuestró. Amordazada y vendada viajó entre golpes e insultos; luego la mujer, ya sin vendas pero amarrada, junto a otros rehenes, fue conducida por el grupo de secuestradores por la selva. Después de una larga caminata, a la intemperie, uno de sus captores la violó mientras le susurraba en el oído que sólo lo hacia por amor.
Beatriz Giovanna Ramírez
Fuerte, muy fuerte... lamentablemente, real también... siglo XXI "problemático y febril"
ResponderEliminarAsí viajamos muchas veces por la vida. Atados y amordazados por nosotros mismos. Cuando logramos ver algo nos damos cuenta que pertenecemos a algo a o alguien que nos manda, y nosotros, en muchas circunstancias, obedecemos.
ResponderEliminarEn poquito sitio, la cantidad de cosas que dices..............
Un besito.
Muy buen relato, tan real como la vida que es surreal. Una denuncia certera.
ResponderEliminarCrudo, conciso, fascinante...
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