La mano de la enamorada del viento
acaricia la cara del ausente.
Alejandra Pizarnik
La reina blanca se perfuma y se embellece para el encuentro con el orador de las olas.
En su silencio, se escuchan los amores que la embriagan.
—Bendita sea la poesía que permite que me digas lo que yo quiero oír. Hoy mis oídos excitados se perderán con las imágenes que broten de tu lengua.
La espera la golpea y le oprime el juicio.
—¿Tantos rostros para qué sí no veo el tuyo?
Se contagia de tristezas ruidosas que estremecen la garganta. Callada, esconde los gritos y lamentos de una procesión de hambrientos sin mañana.
—Toda calma se trastorna con la impaciencia de no verte.
En la abertura, cien pasajeros se acercan y se alejan, el navegante no cruza la entrada.
— ¡No estás!
Toda calma se evapora de sus ojos con la amargura de la ausencia.
—Si tu voz llegara se llenarían mis oídos de música, mi boca de esperanzas, mis manos de curiosidades táctiles, mis ojos de dulzura. Si escucharás lo que te dicen mis ojos.
La ausencia dolorosa, hace que la reina alucine.
—Quisiera preguntarle al mudo por ti pero su respuesta no la entendería. Quisiera girar la manecilla del reloj pero mis dedos torpes y frágiles no lo arreglarían. ¡Qué ausencia tan dolorosa! Tu rostro que todo lo conforta me hace falta en esta casa de papel.
Muñeco de voz y sueños, la has dejado en medio de la risa sorda de marionetas desconocidas sin nombres y sin rostros.
—¿Dónde está la luz que te acompaña en esta mañana fría sin mí?
La reina blanca busca sus formas conocidas, pero la forma amada no está y no llegará.
—El ambiente enrarecido con tu ausencia hace que mis sentidos se agudicen. ¡Sólo escucho tu voz! Al menor ruido me proyecto tratando de encontrar los sonidos de tu boca. Mi olfato busca en el aire tu olor y mi lengua se llena de tus sabores, mi piel te extraña y te reclama y ahora sé que no llegarás. Yo te esperaría hasta la aurora de la muerte más lejana. Me embriagaría con tu rostro eternamente.
Su cabeza en tictac continuo la pone en descortesía con un buen libro. Toda sombra que se acerca, la altera y la llena de vértigos viscerales.
— Tu ausencia me recuerda que nada me pertenece.
Se llena la boca con el nombre esperado para aliviar lentamente su tristeza.
—Sí tan solo llegaras, confirmarías tus sospechas, verías mis ojos enamorados, perdidos y sumergidos en la miel de tu nombre. ¡Si escucharás lo que te dicen mis ojos!
La reina contempla los cientos de hombres que la acompañan y se inclinan en el recinto, con tristeza descubre que no tienen ojos ni olor.
Se marcha la reina con la cara del ausente, con los ecos de las palabras que un día sonaron en sus oídos atrofiados.
—Quizá jamás me habló.
Beatriz Giovanna Ramírez
Beatriz Giovanna Ramírez
saludos cara un abrazo desde Santiago de CHILE, he dsifrutado la lectura!!
ResponderEliminarLeo Lobos
Se ha dicho de El Silencio de la reina en mis notas de Facebook:
ResponderEliminarFlavio Crescenzi
Hermosa fábula, Beatriz. Las palabras son como espejismos, su propio reinado de voces y de arrullos, aire tajante.
Fermin Molina Vargas
Beatriz...
¿Dónde estará el principe azul? ¿Para dónde va la reina? ¿Por qué se marcha? ¿De qué huye? ¿Será que le ama? ¿Él por qué no está?... ¡Tantas incógnitas!... Pero en fin, el amor es así... incomprrensible... Es un bello cuento repleto de figuras literarias... Soy un navegante que me he acercado a la reina para luego alejarme llevando su tristeza...
Gracias Beatriz por permitirme viajar con el Silencio de la Reina
Pilar Lucero Ramirez
Querida Beatriz, maravilloso tu poema y una vez más, esa palabra mágica y sublime El Amor, que nos llena el cuerpo y el alma y muchas otras nos deja vacios, la emoción, los sentidos, la tristeza, la ausencia y esa espera que vale la pena sufrirla. Cariños
Juan Benito Rodríguez Manzanares
Hay un dicho muy bonito que dice que, "El hombre propone y el destino dispone". Muchas veces no obtenemos lo que nos hubiera gustado... y seguramente nos merecemos... ¡Precioso Beatriz!
Alex López
Asi es la vida tristemente, no vivimos lo que queremos sino lo que nos toca vivir ............y asi son las ilusiones llegan a nuestra vida para darnos vida y son como un sueño hermoso que al despertar se terminan......
Sergio Andrés Rodríguez Aranís
Texto que sacude, texto NECESARIO.
Mis abrazos.
Alex López
realmente hermoso......
Dora Beatriz Wajner
Gracias por recordarme junto a tan bello texto, bravo!!!!!
Diego Aristizabal Fernandez
Guau. Tremendo!
Daniel Yáñez González-Irún
Estoy con Sergio: necesario y hermosamente melancólico.
Un abrazo, Beatriz, y muchas gracias por la etiqueta.
Vivi Cecilia Atencio Arrojas
Bello texto Beatriz. Coincido con tu reina: a veces una ausencia inquieta más que toda las presencias. Un gran abrazo y gracias!!
Paloma Blázquez Crespo
Beatriz, no voy añadir lo que ya te han cometando,es una bella fabula, realmente me llamado poderosamente la atención y la sensibilidad algo que se repite constantemente: se dice que a las mujeres se nos conquista por el sentido del oido, y está presente a lo largo de todo el texto: si tu voz llegara... la música de tus palabras ,sólo oigo tu voz , ecos de tus palabras...Quizás jamás me hablo... añoranza de Cyrano como no...
Muchas gracias ha sido un gusto oirte y sentirte.
Carmen Mansilla Martín
me encanta
Fernando Prats
Ausencia presente.
Leo Lobos Lagos
gracias
hay cosas que me gustan pero en tu lugar le quitaría un poco el rosa, creo que sería muy positivo si lograras generar asuntos completos de sentimiento, y no sentires a medias, si va a doler, que se sienta el ponzoñoso abrazo de las palabras, derramadas, curtiendo la sangre.
ResponderEliminarYa sabes: CARNE
Gracias por comentar
ResponderEliminarIgnacio Hernán González ZapataEn este escrito hay mucho de Alejandra. Acertado Beatriz!! Gracias.
13 de septiembre a las 5:24 ·
Se ha dicho en el silencio de la reina
ResponderEliminarAlexis Díaz Pimienta:
Soneto de la espera
La ciudad con sus luces mortecinas.
El reloj con su música de ausencia.
Frente que suda. Coro de retinas.
Rostros que pasan con reminiscencias.
Insectos que golpean las vitrinas.
Interjecciones de procaz violencia.
¡Parece torpe el que hizo las esquinas
que puso al novio sin poner paciencia!
¡Parece torpe el que hizo las aceras
sin poner esperanza en sus chaflanes!
Entre ómnibus, corbatas y carteras,
qué suspiros, qué gestos, qué ademanes.
La más larga de todas las esperas
es la espera infeliz de los donjuanes.
(De mi libro "Testamento de Violante")
Beatriz Giovanna Ramírez
Alexis, no esperaba este hermoso soneto de la espera. HERMOSO. Paso lo de Euripides Lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece. Gracias amigo un abrazo.
Se ha dicho:
ResponderEliminarAna Pastor Cuanto amor y que metáfora más linda cuando dices. " Si escucharas lo que te dicen mis ojos". Aplausos!
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Enrique Valera González
Ana Pastor
Lucia Alvarez
-Merche C Santamar
Spain
Elpidio Juanjo Sandoval
Alfonso Romón Fdez
¡Gracias!
A veces la ausencia inquietante produce mas intensidad que una compañia persistente. ¿cuando llegara el momento del encuentro?. No lo sabemos,en este bello texto mantienes continuamente la atención en suspense, y como es la vida, no se llega a producir el encuentro pero dejemos la puerta abierta a que se produzca un dia, esos desencuentros provocan frutos en el principe y en la princesa, no tengo la menor duda. felicidades por desvelarme ese secreto.
ResponderEliminarUna belleza, Beatriz. Todos y todas hacemos ficción con el deseo, pero el quid de la cuestión es fundar ese deseo en la escritura. Parafrseando a Pessoa: la reina ha abdicado para ser reina de sí misma.
ResponderEliminarUn abrazo