ÁRBOL
DE LUNA
Me voy a mi casa
que arrincona un árbol
cementado, arbolito que en su
fotosíntesis me trasmite un cáncer
despiadado.
Camino positiva en medio
de las grietas del andén, señales,
bolardos, cebras, semáforos, todo un
bestial predicativo que me transforma
en peatón.
Música, maravilla de la vía, decibeles
de progreso, camino de ilusiones, mañana no será
el mismo.
Árbol sin ramas, árbol sin vida,
Árbol que refugia serpientes alargadas de
aluminio y cobre exterminando con las aves de mi
cuadra, árbol que transcribe la hilaridad de la producción
junto con sus demás especies, árbol que ahora es parte de la luna
con sus tonos plateados y tenues, árbol que iluminas mi rutina de
peatón acelerado.
¡Ah! Llego a mi
casa a prender mi
amado cíclope,
mi acaparador
de tiempo, me
asomo a la
ventana de
barras de metal
y veo ese Árbol
de plata que
extiende mi
desvelo en esta
noche de soles
de vatios y
entretenimiento.
Beatriz Giovanna Ramírez