te acercarás a mi boca
y entonarás una melodía humana;
sentirás por primera vez el calor de mi piel,
te refugiarás como un niño en mi seno.
Cuando dejes de oler a ciudad,
recorrerás mis montañas y mis valles,
los llenarás de vida y sueños;
me permitirás ser parte del bosque que habita en tu pecho,
me darás un respiro con el aroma de tu cuerpo.
© Beatriz Giovanna Ramírez